¡Mis primeros cake pops!

Bueno, la verdad es que esa no era la idea, pero… ¡no me quejo!

A ver, hace un tiempo hice un pastel a base de sour cream (el día que descubrí ese producto en Lidl, tuve que comprar un bote para hacer… ¡lo que fuera!) y canela a partir de una receta del Rincón de Bea (era un “cinnamon loaf”). Quedó súper bueno. Y vi que en la misma página había otra receta, también hecha con sour cream, pero de chocolate y que, además, se basaba en una receta de Williams Sonoma… ¡Éxito asegurado! Pero hasta este fin de semana no me he puesto.

La cuestión es que la receta de Williams Sonoma tenía algunos comentarios desfavorables (que exigía demasiado trabajo para el resultado final, por ejemplo) y las medidas a la americana (cups), así que decidí seguir la receta de la página de Bea (que había traducido las medidas y decía que le había salido muy bien). También comentaba que había utilizado la mitad de la receta. Y como yo medí la capacidad de mi molde y me pareció que para 10 tazas era muy justo, decidí hacer la mitad también. El problema es que puse la mitad de todo menos de polvos de hornear y de bicarbonato… se me fue la pinza y puse las cantidades para la receta entera… Cuando me di cuenta, ya no podía hacer nada, así que continué. Tenía buena pinta, lo hornée, lo saqué, lo dejé enfriar 10 minutos y cuando lo fui a desmoldar… se desmontó y quedó hecho migajas…

Fue entonces cuando pensé… vamos a intentar hacer cake pops. Jeje. Busqué diferentes recetas de cake pops, pero ninguna me convencía. Así que a partir de un paso a paso de The Kitchn para hacer Cake pops, hice mi propia receta.

Utilicé toda la masa del pastel hecho migajas (no me costó demasiado…) y luego añadí:

  • 120 g de queso crema (queso de untar, estilo philadelphia)
  • 125 g de azúcar glas
  • 2 cucharadas de mantequilla derretida
  • 1 cucharada de leche (en mi caso, semi)

Hice la mezcla de todo esto y fui añadiendo las migajas de pastel. Quedó una masa bastante manejable. Hice bolitas de uno 35 g cada una (me salieron unas 30 bolitas). Luego fundí más de media tableta de chocolate fondant y mojé los palitos y los incrusté en las bolitas (había leido que es lo que se tenía que hacer para evitar los suicidios cakepoperos). Los metí unos minutos en el congelador. Y luego los fui bañanado en el chocolate fundido (aunque solo mojé la mitad de las bolitas) y rebozando de fideos de chocolate. Los fui enganchando en un trozo de porespan mientras los preparaba y los dejé otra vez algunos minutos en el congelador. Luego los puse en una bandeja y los guardé en la nevera hasta que nos los comimos… ¡Tachán!

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Y esta es la historia de mis primeros cake pops… la verdad es que quedaron bastante ricos (aunque también bastante intensos… empalagadores…). Supongo que la masa del pastel estaba bastante buena. Así que los cake pops resultantes tenían que estar buenos a la fuerza… jejeje. ¡Hasta pronto!

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